Sí, mi blog cumple años. 5 para ser exactos. Años en los que ha cambiado y ha evolucionado como lo he hecho yo.
No iba a escribir esta entrada; tenía preparada otra totalmente diferente, pero los acontecimientos de las últimas semanas me han hecho replantearme el contenido a compartir.
He querido celebrar con vosotros este aniversario tan especial, marcado por un nuevo paso, un nuevo cambio.
Justo hoy, hace 5 años publiqué mi primer post.
¿Quién era yo entonces?
Pues una mujer de 40 años, a la que habían cesado como responsable de RRHH tras años de ponerle piedras en el camino. Dejémoslo así (los que vivieron aquel calvario junto a mi o fueron espectadores silenciosos, saben de lo que hablo).
Tras dejarme la piel peleando por lo que creía justo, necesitaba descansar.
Derrotada, acepté pasar a los cuarteles de invierno, curar las heridas, perdonar si podía, olvidar si me quedaban fuerzas y seguir adelante, poniendo el foco fuera, mientras cada mañana me levantaba y ejercía mi función con la mayor profesionalidad posible, dentro.
Ese y no otro, fue el origen de este blog: una válvula de escape.
De ahí el título, el tono y el contenido del primer artículo “Si nunca has fallado, nunca has vivido”.
¡Y cuánto me ha aportado este espacio desde entonces!
Me convertí en mosca.
En aquel primer artículo os decía:
Yo sin duda prefiero ser mosca. Nuestra área de confort nos debilita, nos empequeñece y nos frustra. Hay un mundo más allá de la botella que conocemos y la salida puede estar donde menos esperamos.
He buscado la salida, una y otra vez de diferentes formas a lo largo de estos años.
Mi evolución personal y profesional se ha visto reflejada en este blog.
Tomé las riendas de mi desarrollo profesional y desde la más absoluta honestidad trabajé cada día un poquito, dentro de la organización que tan despiadadamente me trató (bueno, para ser correcta, las personas que la dirigían y los compañeros de viaje que dejaron de serlo, de ahí la importancia de la prueba del algodón) y también fuera de ella.
Las alegrías y la fuerza las encontré primero fuera. Gracias a vosotros, a los que me seguís, a los que me habéis alentado, apoyado y aguantado, pude recomponerme y seguir adelante.
Gracias, gracias, gracias.
Después, mucho después, llegó el cambio dentro.
Volver
Me encanta la versión de Estrella Morente de este tango de Gardel, una canción que he escuchado muchas, muchísimas veces y que podría ser la banda sonora de los últimos días.
Porque un nuevo reto profesional ha llamado a mi puerta. No tiene un nombre rimbombante, pero sí la posibilidad de hacer cosas distintas, de impulsar proyectos que tengan como eje central a las personas; por eso lo he aceptado ilusionada y por qué no decirlo algo asustada.
Es lo que tiene salir de la zona calentita y conocida.
No sé lo que me deparará el futuro. Hace tiempo que intento vivir el presente dando lo mejor de mí misma en cada momento.
Pero lo que dije hace 5 años, cerrando aquella primera entrada, lo mantengo ahora y cierro con ello esta:
La vida está llena de fracasos, personales y profesionales; hay que caer pero también levantarse, curar las heridas y aprender a caminar, tal vez por otros caminos que nos permitan llegar al éxito, pero esta vez asegurándonos de que es “nuestro éxito”.
Gracias por haberme acompañado en estos 5 años. Mil gracias.
Fuente de imagen: Pixabay