¿Eres de los que se enfrentan al conflicto o prefieres guardarlo bajo la alfombra, porque lo que no se ve no existe? Sigue leyendo, la reflexión de hoy te va a interesar👇
En un equipo, la diversidad de enfoques e intereses contrapuestos genera tensión, y esto, aunque no lo creamos, es sano, muy sano, hasta que deja de serlo; y es entonces cuando quien lidera ha de hacer «algo», porque si no lo hace, esa tensión irá en aumento generando la pérdida de confianza entre los miembros (vital en un equipo), convirtiéndolo en disfuncional.
Hay líderes que bajo la bandera de la «paz social» prefieren mirar a otro lado: ya pasará o ya se irán los que se tengan que ir. Poco útil.
Un líder ha de saber y querer lidiar con situaciones de tensión, decir lo que tenga que decir a quien se lo tenga que decir…eso sí que es pensar «en el bien colectivo».
Porque los conflictos soterrados, esos que creemos que no estorban porque nadie habla de ellos, acaban por asolar a los equipos como tornados que engullen todo cuanto hay a su paso.
José Aguilar en su artículo «Gestionar la tensión en entornos laborales: Relaciones armónicas y creativas» diferencia dos tipos de conflicto:
1️⃣ Conflictos del pasado.
Los más disfuncionales, originados por agravios (reales o imaginarios) sucedidos o sentidos allá a lo lejos en el tiempo, tan a lo lejos que ni siquiera le pones fecha; generan frustración que suele mostrarse con una actitud pasivo-agresiva del colaborado/a supuestamente agraviado/a.
Lo que «ves» como líder son «exigencias, escasa integración en el equipo (individualismo), errores en el trabajo que intentan justificar atribuyendo la culpa a otro, actitud cínica y hostil, quejas frecuentes».
💡Tip para manejarlo: «hacer que el conflicto aflore, que se haga explícito (…) dando una oportunidad para resolverlo».
2️⃣ Conflictos del futuro.
Suelen ser (o pueden llegar a ser) más constructivos porque no se originan por «aquello que me hiciste» sino porque «tengo un enfoque diferente a la hora de plantear este proyecto». Por tanto, tienden a ser explícitos.
Como líder tal vez tengas la tentación de apartar del debate a los más quejicosos, puntillosos, los toca narices…no lo hagas, básicamente por dos motivos:
✔️Estarías generando un potencial conflicto del pasado.
✔️La diversidad de opiniones enriquece al equipo, has de aprender a gestionarla.
💡Tip para este tipo de conflicto: deja tiempo para expresar y madurar todas las posturas, eso sí, «una vez tomadas las decisiones, es necesaria la unidad de acción» y si no es así, lo siento, te tocará asumir tu responsabilidad y desde la asertividad dar el feedback que toque a quien toque. 😉
Y tú ¿Cómo gestionas los conflictos?