Un organigrama dice más de lo que a priori parece; muestra no sólo el tipo de organización que se es o se quiere ser, sino quién y cómo ostenta el poder y la importancia «real» de determinadas divisiones (aunque en el propósito y/o visión estratégica se diga lo contrario).
El liderazgo colaborativo está en auge, no puede ser de otra manera, vivimos en un entorno BANI con interconexiones que ni siquiera imaginamos. En las organizaciones sanitarias este tipo de liderazgo es esencial; los procesos asistenciales involucran a un gran número de profesionales de diferentes servicios, categorías, funciones y generaciones. De ahí el plantear un nuevo enfoque organizativo.
En un organigrama circular «lo primero que verás es la figura de mayor relevancia ubicada en el centro (…) y, a su alrededor, una distribución armoniosa de diferentes equipos de trabajo (…) se priorizan las relaciones humanas, la colaboración y un esfuerzo conjunto orientado a metas». Parece que aplica ¿no?
Las organizaciones que apuestan por este tipo de organigrama se caracterizan por:
1️⃣ Priorizar las relaciones entre todos los miembros, estableciendo un sistema real de colaboración interdepartamental.
2️⃣ «Los niveles jerárquicos se distribuyen en círculos alrededor del punto (figura, grupo de interés..) central» (cliente, paciente, persona, CEO…) aunando esfuerzos y estrategias, aportando valor cada uno desde su posición.
3️⃣ Dotar a los empleados en los círculos exteriores de tanta autonomía como a los propios líderes».
4️⃣ Dar importancia a los grupos de trabajo interdisciplinarios, con toma de decisiones compartida, basada en una comunicación abierta entre todos los equipos.
5️⃣ Fomentar la flexibilidad para una rápida adaptación al cambio (en esto sí que suspendemos 😬)
¿Es oro todo lo que reluce? No. Este tipo de organigrama trae sus problemas, básicamente:
✔️ Confusión de roles y responsabilidades, así como del liderazgo de cada proyecto. Para evitarlo habrá que esforzarse en dejar muy claro quién, qué y por qué, si no, entre las luchas de poder y la desidia los temas pueden morir.
✔️ Exige un sobresfuerzo en comunicación y en coordinación (y en esto las organizaciones sanitarias tienen un margen de maniobra amplísimo).
✔️ Unido a lo anterior, la toma de decisiones puede resultar «lenta y poco eficiente»…en esto no creo que empeoremos…en general ya estamos en este punto.
Como todo lo que sale «fuera de la caja», implantar este tipo de organigramas en organizaciones sanitarias supone un reto, no por dibujarlo (el papel lo soporta todo) sino por hacerlo realidad…posible, pero un cambio de enfoque de gran envergadura. ¿Lo intentamos?
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Fuente de imagen: Freekip