Pues sí, ya estamos en septiembre.
Después de muchas semanas sin escribir en el blog, bastante desconectada del mundo online (lo necesitaba), hecha la parada para coger el impulso necesario, es hora de retomar la normalidad porque ya toca.
Este, ha sido para mí, un verano bastante productivo pero también agotador.
Dedicando muchas horas y esfuerzo a formarme, llegué al mes de agosto con la cabeza como un bombo, la salud algo tocada y unas tremendas ganas de desenchufarme y vivir con encefalograma plano al menos un par de semanas.
Lo conseguí. No sin esfuerzo.
En los días dedicados a mimarme y mimar a los míos, me he dado cuenta del tiempo desperdiciado en actividades inútiles, agotadoras e improductivas.
Como no puede ser de otra manera –estamos en septiembre y es el momento de hacer nuevos propósitos de enmienda- comienzo el curso con decisiones tomadas sobre este mundo online por el que, con pasitos cortos y a veces temerosos, llevo caminando desde hace algo más de 4 años.
Y es que cada vez con más frecuencia leo y escucho a grandes profesionales del personal branding decir que -aun siendo conscientes de la importancia de una buena gestión de los perfiles sociales- andan un tanto cansados del cariz que está tomando alguna que otra red, donde cada vez se intenta vender más y se conversa menos; donde programamos automáticamente más, y nos interesa compartir, lo que se dice compartir, cada vez menos.
Presencia sí, presentismo no.
Al menos yo, estoy de acuerdo.
➡ Será porque bastantes “debes” tenemos en nuestra vida como para añadir unos cuantos más.
➡ Será porque el tiempo es demasiado valioso como para no aprovecharlo al máximo en lo que realmente nos importa (y si es la venta en el mundo online pues perfecto, pero si no lo es, respeto)
➡ Será porque si te enredas en la red, puedes acabar perdiendo el hilo de lo que querías contar y por qué querías hacerlo.
➡ Será porque es septiembre.
➡ Será porque “se acerca el invierno”.
➡ Será. 😉
Fuente de imagen: Pixabay